Agencia MANL
Ciudad de México.- El apoyo que el gobierno ofrece a los grandes empresarios, empacadoras y comercializadores de productos para la exportación dejan de lado a la mayoría de los productores nacionales. Además, los nuevos aumentos a la gasolina y la electricidad están propiciando un ambiente de inestabilidad económica, baja productividad y estancamiento en la producción de granos básicos nacionales, comentó Miguel Ramírez Quintana. integrante del Barzón.
Explicó que para el caso en el precio del diesel agropecuario, que desde diciembre de 2015 se publicó en el DOF la reducción de este a $7.45 el litro variando hasta los $8.20 el litro y siendo retroactivo supuestamente, a la fecha no ha beneficiado a ningún productor con este precio, sin lineamientos ni padrón, los productores y campesinos continúan trabajando el ciclo primavera verano 2016 en precarias condiciones económicas y con altos costos de insumos agrícolas como es el caso de la semilla, fertilizantes Sulfatados, Nitrogenados y Fosforados que van de los $10,500 a $12,000 la tonelada.
Asimismo, en el caso de la Urea alcanzando un precio de $11,437.50 por tonelada para este ciclo, añadiéndole también la fuerte presión a la que está sometido el peso frente dólar y con este panorama nacional lo que se espera es que el ciclo-otoño invierno tendrá la misma suerte.
Son inaceptables las medidas que este gobierno aplica para obtener más impuestos y tratar de salir del estancamiento económico en el que México se está sumergiendo, lo que denota un fracaso de la reforma energética que sigue afectando la inmensa mayoría de las actividades económicas de nuestro país.
Hay que recordar que en la medida que haya aumento generalizado de precios, podrá haber mayor captación fiscal derivado de todos aquellos productos que no estén libres de IVA. Mientras tanto sigue en espera una reforma fiscal progresiva, que cobre más a las empresas que más ganancias generan, y no aumentos al consumo que lo único que hacen es acentuar la situación de crisis en que vive la mayoría de los mexicanos.
Estos aumentos en la gasolina y en la luz, afectan mayormente a productores y consumidores nacionales, mientras tanto, las grandes empresas evitan pagar impuestos y pagan salarios de miseria que no fortalecen ni el consumo del mercado interno y mucho menos generan oportunidades para salir de la dependencia económica en que se vive desde hace 30 años.
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