Chalco, Méx.- El gobernador Eruviel Ávila Villegas y el diputado federal Manlio Fabio Beltrones, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados, asistieron a la ceremonia de graduación de 729 alumnas de la Villa de los Niños de este municipio.
Momento de romper la formalidad; se despojaron del saco, arremangaron camisas y se colocaron en sus respectivas escuadras integradas cada una de ellas por cinco niñas de este centro educativo.
Juego que no fue nada sencillo y que ambos sufrieron, ya que el equipo blanco del diputado Manlio Fabio dio la batalla una y otra vez a la escuadra azul del gobernador mexiquense, y se impuso en varias ocasiones hasta que las jóvenes de esta villa que vestían playeras celestes robaron la pelota a sus contrincantes, para pasarle el balón al mandatario estatal y luego éste diera el pase para anotar los primeros dos puntos del marcador.
Fuera de la cancha, que forma parte de las nuevas instalaciones de la Villa Olímpica que se inauguraron este día, las porras conformadas por las recién egresadas de esta institución, no dejaban de apoyar a sus favoritos. De un lado se escuchada: ¡gobernador, gobernador, rarrarra!, del otro, ¡diputado, diputado, rarrara!, lo que convirtió a este sitio, en una verdadera fiesta donde cada uno de los asistentes eligió a su favorito.
El partido continuaba, el balón botaba de un lado a otro, pasaba por las manos del equipo azul, luego del blanco, hasta que una de las jóvenes que integraba al primero, robó la bola en el aire y dio un pase para que otra de sus compañeras la lanzara y anotaran los siguientes dos puntos.
El gobernador siempre jugó del lado izquierdo de la grama, servía de poste abajo del tablero, compartía el balón con las integrantes de su equipo. Por su parte, Manlio Fabio eligió el derecho, corría de un lado a otro, botaba el balón, repartía, pero por desgracia, antes de llegar a la media cancha, perdían la bola.
Las celestes se notaban aguerridas, poseían mejor técnica, compartían el balón con Eruviel Ávila, quien tiró una vez, falló, recobró la pelota, distribuyó el juego, recibió nuevamente y, otra vez, la pelota no entró al aro.
No desistió, el gobernador nuevamente corrió por la banda y lanzó el balón anotando una canasta.
Manlio dirigía, animaba a su equipo, se desfajó la camisa, luego hizo lo mismo Ávila Villegas, momento que aprovecharon los blancos para robar el balón, avanzar hacia su tablero, y anotar los primeros dos puntos.
Luego, una de las integrantes del equipo celeste, avanzó por el centro, pasó el balón a Eruviel Ávila, quien dio el pase para que otra de sus compañeras cerrará el encuentro con un marcador de 8 a 2. Los capitanes estrecharon la mano y se felicitaron. El partido había concluido.
La ceremonia de graduación de estas niñas había pasado de la formalidad al festejo, todas querían estar cerca de los capitanes, quienes también presenciaron cómo funcionaban los aparatos de acondicionamiento físico, observaron un partido de hockey sobre pasto entre un equipo mexiquense y otro de Jalisco, así como una demostración de tae kwon do, con alumnas del plantel; todas ellas cinta negra, al igual que algunas de las madres superioras.
Todas las jóvenes aseguraban que era la mejor graduación que se había vivido en la Villa de los Niños.
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