México, D.F.- Para ser completa, la transformación de México abarca, más que reformas jurídicas o administrativas, una evolución cultural que nos permita aceptar, no sólo que el mundo ya no es igual al de nuestros padres, sino más retador pero más ancho en oportunidades; sobre todo si somos capaces de anticiparnos para sacar el mejor provecho de las nuevas características del entorno. Es el caso de la igualdad sustantiva entre las mujeres y los hombres.
Estamos convencidos de que en la historia de la reivindicación de los derechos políticos de las mujeres, podemos y debemos dar el siguiente paso. Fueron un presidente y un gobierno priísta los que promovieron y aprobaron hace 60 años el voto femenino. De cinco gobernadoras que ha habido en México, cuatro han sido priístas. Es el tricolor el que más dirigentes nacionales mujeres ha tenido, el que más candidatas postula y el que tiene más senadoras y diputadas. En el CEN 24 de 40 cargos de dirección hoy los ocupan las mujeres.
En la XXI Asamblea aprobamos impulsar el desarrollo de las mujeres para que accedan a cargos de dirigencia y elección popular; a proporcionarles capacitación política e ideológica; a impulsar acciones afirmativas para crear mayores y mejores espacios para sus derechos; alentar sus expresiones sociales, políticas y culturales y, muy subrayadamente, garantizar su participación política.
Como antaño, hoy es un priísta, el presidente Enrique Peña Nieto, quien ha asumido el compromiso de ensanchar las puertas de las mujeres. En el Plan Nacional de Desarrollo estableció entre las Líneas Transversales, la igualdad entre hombres y mujeres; y se comprometió a cumplir la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, de la ONU.
El PRI quiere incorporar a la vida política de México las virtudes de las mujeres: la confianza en sí mismas porque hacen lo que deben, porque pueden; la organización, pues nunca pierden el orden, ni dejan de cumplir la obligación asumida; la solidaridad, porque sin dejar de ver por todos, entregan todo a quien más lo necesita; la versatilidad, pues con eficacia, desarrollan múltiples tareas todos los días; el optimismo, porque nunca se rinden e irradian energía a quienes estamos cerca; la distinción, ya que en su trabajo nunca pierden compostura y mucho menos dignidad; y el patriotismo, pues piensan, hablan y actúan teniendo presente en todo tiempo al futuro de México.
Impulsamos la igualdad sustantiva; es decir, igualdad sin salvedades. Que no se limite a inscribirla en la norma, sino que obligue a superar obstáculos, para que accedan a oportunidades a través de medidas legales y de política pública.
La iniciativa presidencial busca dar efectividad a los artículos 1° y 4° constitucionales que consagran la garantía de respeto a los derechos humanos y la igualdad ante la ley, del varón y la mujer. Sobre la base de que, si en el extremo, hubiera contradicción con el principio democrático, debe privar la preconizada igualdad.
Los priístas asumimos ésta, mucho más que como una iniciativa, como una razón de ser institucional. Hace 60 años impulsamos el voto de la mujer, ahora su igualdad política, mañana la igualdad económica y cultural. Ayer, hoy, mañana, el PRI respeta y respalda a las mujeres.
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